7 feb 2007

Cine de autor


Cuando se habla de la decadencia del cine, parece que ha alcanzado todos los rincones de lo que alguna vez fue llamado el ‘séptimo arte’; desde Mel Gibson y sus pretensiones fallidas, hasta el aclamado ‘negro’ Iñárritu y su mediocre Babel. Ambas súper producciones ‘joligudenses’, ambas envueltas en un ambiente de gran expectación por el auditorio y la crítica especializada, con muchos millones invertidos y una que otra estatuilla ganada. Ambas una verdadera decepción (por no emplear palabras más fuertes).
Haciendo de lado los garrafales errores históricos (que por sí solos bastarían para exigirle a Gibson pidiera disculpas de rodillas al pueblo Maya) Apocalypto como película es una nulidad; con una fotografía, manejo de cámaras, guión, y actuaciones deplorables. La escenografía que tanto se pregonó, únicamente apareció por unos segundos; y así, la memorable cinta épica del ‘corazón valiente’ se diluyó en una aburrida persecución y un romance de la talla de una telenovela de Juan Osorio.
Ahora si nos adentramos un poco más, nos daremos cuenta de porqué tantas organizaciones y estudiosos de las culturas prehispánicas, y principalmente los herederos de esas tradiciones se sintieron humillados al manejo que hace Gibson de una de las culturas más importantes de la civilización. Con increíbles adelantos en ámbitos como la astronomía, la escritura, las matemáticas, la arquitectura, la medicina, por citar sólo algunos; son representados como bárbaros y sanguinarios. La escena del eclipse y la del cementerio a cielo abierto son claros ejemplos del desconocimiento, ya sea por ignorancia o rentabilidad en taquilla, de la cultura Maya, sin importar que sea una película de ficción, esa falta de respeto en el manejo del tema y la trivialización de una sociedad rica y compleja da asco; a Gibson debería darle pena lucrar con la desinformación mediática, que además es solapada por las autoridades de nuestro país, a cambio de unos dólares.

En Babel, no podía explicar porqué me incomodaba la película, a pesar de la complejidad de la producción, de los problemas y desvelos para aterrizar esa idea, que en ciertos aspectos es arriesgada; aún no sabía en que sentido, de qué forma, la película me dejaba un mal sabor de boca, por sobre la estética que es aceptable, las escenas que ya dejan ver en Iñárritu a un autor que puede pensar bien los conflictos, que va más allá de la narrativa convencional, y por demás cosas.
Ya no está más la sorpresa de cómo tejia historias en 'Amores', ni el brillante montaje (pese a las carencias de actuaciones e historia) en 21 gramos, en Babel solo queda la superproducción 'joligudense', pero ya no hay creatividad....solo le queda la complacencia, es como si se hubiera rendido al imperio. Me sorprendió como la crítica internacional le ha dado las nalgas, perdón, solo ha tenido elogios y ha catalogado a Babel como una obra de arte, multipremiada y taquillera.
El mal sabor de boca no se me va, no me abandonará al saber que la crisis del cine ha llegado a todos los rincones, quizás no haya escapatoria... y únicamente sobreviva en Greenaway o Park Chan Wook.
En cualquier manifestación del arte, es deplorable cuando se vuelve complaciente, como en Iñárritu que nos regaló un happy end para los gringos y japoneses... para los tercermundistas, sólo queda el desierto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Culturas del México Antiguo, Prehispanicas es un término erroneo!

Que tengas buen día.