1 nov 2006

'ladrón de bicicletas'

Vivo en blanco y negro, en un recuerdo lejano, donde los sueños quedan fuera de toda memoria, de toda realidad. Mis pasos titubeantes se mezclan con las penas monstruosas, con los ecos agonizantes que se dejan caer. Mi herencia inventada. Mi rostro fragmentado. Entonces me vuelvo una mezcolanza repentina. ¿Qué nadie se da cuenta que camino al abismo? Yo sí, lo sé. Aún así, me aferro fuerte a tu mano. Hasta que mis células sean devoradas por los gusanos galácticos, por ángeles negros que respiran detrás de nosotros. Me detengo. Veo caer las cuchillas desde el cielo, que me rebanan el alma. La fragmentan para su disección. ¿Esto quiere decir ‘x’, y aquello ‘y’? El alma disecada y estudiada, peor aún, hecha palabras. La decadencia abrumadora de seres que no saben cuando detenerse, que no saben que hay misterios que no deben comprenderse, ni siquiera el intento. Mi respiro sigue atrapado en una foto. Y mis manos no envejecen, tan sólo son olvidadas. Pero ni siquiera yo sé cuántas veces he vivido la misma vida, las mismas cosas, los mismos lugares, las mismas pláticas... se repiten tanto que se vuelven absurdas. ¿Cuándo será el día que el mercado esté vacío? ¿Cuándo las calles se llenarán de colores, de ruidos y risas que me vuelvan loco? ¿Cuándo descubriré que sí existe algo más allá de esta pantalla donde en cada vida mía los extraños se sientan a contemplar mi alma repitiéndose?. Me agarro más fuerte de tu mano, porque ahora es cuando comienzo a tener miedo.

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